sábado, 2 de marzo de 2013

¿Qién soy yo?


 
Yo antes tenía una amiga, se llamaba Lorena, y se parecía mucho a mi; bueno, no, en realidad yo me parecía mucho a ella.

.   .   .

- Ya son las ocho.

- Tranquila, tenemos hasta y media, y estamos al lado de casa.

No dije nada, pero yo estaba nerviosa y reconocí que no quería estar ahí, no conseguía integrarme y llevaba toda la tarde medio apartada del resto; una vez más admiré su forma de unirse al grupo, conociéndoles solo desde hace unas horas; yo de eso no era capaz.

.   .   .

Me acuerdo que teníamos siete años y estábamos jugando a las princesas en su casa, me acuerdo de cómo se limpiaba con la servilleta y decía que comía cerdo: yo la imitaba. Nos reíamos, y cantábamos una canción de alguna princesa de Disney, recuerdo que se las sabía todas y que me las intentaba enseñar, pero no me salían, me parecían muy largas y acabé sentada en el sillón observándola. Sé que en ese momento no lo pensé, pero un tiempo después me di cuenta de que no era eso lo que quería haber hecho, lo hice por vergüenza, y Lorena no dijo nada.

.   .   .

- Este trimestre haréis futbol .

- No, ¡mierda!

- Que pasa, tampoco creo que sea tan malo, nunca has jugado. - Era verdad.

Jugando me lo pasé bien, pero ella no, casi ni lo intentó, y creo que le sorprendió ver que por una vez no me quedaba a su lado, imitándola, siempre imitándola.

Esa tarde me preguntó que le veía al futbol de divertido. Yo me encogí de hombros y sonriendo la contesté:

- Es que es divertido. - Recuerdo perfectamente como remarqué el verbo y su silencio por respuesta.

Desde ese día he estado fijándome más en lo que yo quería, en nuestras diferencias, y me he dado cuenta de que, aunque yo no sea como ella, o no sepa hacer las cosas que ella hace, hay veces que es al revés, hay veces que yo sé hacer algo y ella no; me he dado cuenta de que ser Lorena no significa ser perfecta y que ser igual que los demás no es lo mejor que una puede hacer en la vida: porque siendo yo misma no me siento rara o diferente, me siento especial, sí, especial.


* El valor moral que hay en el cuento es la confianza, definiendo confianza como una fortaleza emocional que empieza por cada uno, con el propio sentimiento de valor y propósito.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario