sábado, 31 de mayo de 2014

Crítica a la clase de Filosofía

                Como ya se ha acabado el curso, al igual que el año pasado me pidieron que hiciese una crítica a la clase de ética, este año me la piden para la clase de filosofía.
                La verdad, no había pensado especialmente en la filosofía hasta que empecé a darla en el instituto, y para mí fue una sorpresa encontrarme con lo entretenida que podía ser.

                Creo que para que te guste una asignatura una de las cosas más importantes es la primera impresión que tengas de ella, y por ello es también muy importante la forma en la que tu profesor te de la clase; yo estoy segura de que en ese sentido he tenido suerte, porque me ha tocado un profesor que sabe explicar muy bien y que consigue que te intereses y te diviertas en sus clases; creo que no hay ninguna otra clase en la que me sienta tan integrada (me refiero a que en su hora no solo eres un espectador sino que también tienes la posibilidad, y la necesidad, de dar tu opinión para preguntar todo lo que no entendamos).

                Solo hay una cosa que no me gusta; él siempre nos insiste en que siempre que dé una teoría la va a defender, con lo cual nunca nos da su opinión. Hasta ahí bien, pero cuando te la explica yo por lo menos tengo el problema de que siento que es algo tan verdadero como un experimento científico comprobado, por más que le busque una fisura y aunque yo no esté de acuerdo, no encuentro nada con lo que pueda negar esas afirmaciones, pero luego viene al día siguiente y te explica otra teoría totalmente contraria a la anterior e igual de exacta e imposible de desmentir. Es a la vez frustrante y a la vez algo genial.

                Por último simplemente decir que creo que mis clases de filosofía son muy buenas no solo por lo que ya han dicho muchos compañeros míos, que resultan muy amenas, sino también por lo fáciles de comprender que son (tras varios intentos muchas veces, pero siempre acaban entendiéndose) porque por más que un profesor consiga que te diviertas en sus clases, creo que lo más difícil viene después, cuando tiene que poner a prueba su capacidad de explicación.

 

domingo, 18 de mayo de 2014

Elecciones europeas

      Dentro de una semana exactamente van a ser las elecciones para el Parlamento europeo, en las que los ciudadanos podrán votar a 750 diputados.

     Todos sabemos que la UE es una unión principalmente económica de 28 países, pero además de ayudarnos económicamente estoy segura de que también ayuda a mantener la paz entre los países que la conforman; por lo que para mí es importante que no se deshaga.
Ahora con la crisis puede que la UE no haya ayudado mucho, pero creo que sin ella los países lo hubieran tenido todavía peor.

     No tengo mucha idea de cuáles son los candidatos a diputados este año, con lo cual voy a centrarme más en lo que pasaría cualquier año en el que hubiese elecciones para la unión europea sin contar con ellos.

     Mucha gente defiende que en cuanto hay ocasión de votar, hay que hacerlo (aunque sea un voto en blanco) porque si no estás demostrando que no te interesa lo más mínimo ni tus derechos ni lo que pasa en el mundo, pero yo no estoy de acuerdo; mi opinión es que en unas elecciones lo mejor sería encontrar a algún partido con el que te relacionases y votarle, así de fácil, pero cuando no hay ninguno que te convenza tienes dos opciones, o no votar, o votar en blanco. Si votas en blanco (para mí) estás diciendo que no estás muy seguro de cuál sería el mejor partido para ganar las elecciones, y de alguna forma te conformas con cualquiera, pero si no votas lo que estás defendiendo es que el sistema actual no te gusta, con lo cual estás ejerciendo tu derecho y dando tu opinión (aunque es verdad que también hay muchas personas a las que simplemente no les importa nada lo que vaya a pasar)

     En mi caso, yo votaría a alguien que no pensase más en un país que en otro, y seguramente que fuera poco nacionalista (aunque sí que está bien que piensen en Europa como un solo territorio, pero siempre sabiendo que, al igual que España está formada por comunidades autónomas, Europa está compuesta por países).